miércoles, 20 de julio de 2016

MI VIDA FUE UNA MENTIRA



Su cuerpo frío y de un color pálido, su cuello tenia todavía la marca de aquella soga y por primera vez en tres meses se veía relajado, en su rostro no había rastro de preocupación o amargura, tristeza o sosiego, de ahora en adelante su rostro seria así sin expresión.

Todavía recuerdo como si hubiera sido ayer, los sucesos de esa mañana del lunes aun invaden mi mente, alejando de mis noches la tranquilidad;             me había levantado temprano a eso de las 5:30am pues quería ver el amanecer, pero lo que vi esa mañana no era lo que esperaba.

Cuando el sol ya estaba por salir, fui corriendo a la habitación de mi padre para que viniera conmigo a ver el maravilloso amanecer de valle de luna, abrí su puerta sin antes haber tocado mi cuerpo perdió el movimiento al ver a mi padre con una soga en cuello, su cuerpo colgaba del techo, sus ojos azules estaban abiertos de par en par y apuntaban a una foto en la que estábamos los dos juntos una lágrima rodo por mi mejilla, yo solo contemplaba el cuerpo de mi padre sin siquiera mover una pestaña.... No se cuánto tempo paso, lo único que sabía era que m padre estaba muerto.

-¡Dios mío señor John ! ¡¿que ha hecho?! - escuche gritar a Carmen, la señora que nos ayudaba con los quehaceres de la casa, pero ni con tremendo grito mis músculos se despertaron

- ¡oh por Dios niña Slean ! -- Carmen me arropo en sus brazos tratando de que yo no viera tal escena, pero ya era tarde, pues aquella imagen quedo guardada para siempre en mi memoria.

A eso de las 10:00am la casa estaba llena de policías y forenses, recuerdo que uno de aquellos policías me hizo un montón de preguntas, lo primero que me pregunto era que si yo había tenido alguna discusión fuerte con mis padre, yo no le respondí solo lloraba en aquel mueble negro que tanto le gustaba a él; el policía al ver que yo no le respondía ninguna de sus estúpidas preguntas, se fue a revisar la casa con sus compañeros;  revisaron su despacho, la sala principal, su habitación e incluso la mía también, creían que  mi padre podría haber dejado una carta suicida o algún indicio que los pudiera llevar a la causa de tal acto, mas no encontraron nada importante, solo algunos papeles sin firman de la empresa , correos electrónicos de él y mi tía azucena preguntado como estaba, también encontraron el álbum familiar abierto en su cama al parecer antes de suicidarse revivió todos y cada uno de esos recuerdos siguieron buscando durante dos horas mas pero no encontraron nada que los pudiera llevar a los indicios de su suicidio, ese día mi casa quedo patas arriba al igual que mi cabeza.

El día de su entierro detalle por última vez su rostro, pues sería la última vez que lo vería, abrí la tapa y con mis propias manos recorrí cada milímetro de su cara y como despedida le di un beso en mejilla igual como a el le gustaba cuando estaba vivo, aunque para mi pesar lo único que sentí fue tristeza y piel totalmente fría, totalmente.... Muerta. Ese día aquel ataúd café no solo estaba sepultando el cuerpo de mi padre, sino también mi felicidad... Mi alma

Durante varias semanas mis noches estuvieron llenas de tristeza, llenas de dolor y de lágrimas, lágrimas que bajaban por mis mejillas alojándose en mi almohada y cada vez que cerraba mis ojos mi padre aparecía sonriendo me después se despedía y caminaba a su habitación yo lo seguía y cuando abría la puerta lo último que escuchaba era perdóname por todo lo que hice mi amor, luego mi padre caía de la silla, quedando igual como el día se su muerte, yo despertaba sudada, llorando y gritando  como una loca, pues aquella imagen no era muy grata que digamos, aunque empezó a crecer una duda dentro de mí y era el por qué mi padre me decía eso, ¿por qué me pedía perdón? sabía que lo que había hecho me había causado daño a tal grado que tuve que ir a un psicólogo pero aun así no creía que fuera para tanto.

El caso de mi “padre” se  cerró  meses despuésés al no encontrar la causa de su suicidio; todos crearon hipótesis pero solo yo se la verdad, solo yo fui capaz de encontrar la carta suicida de mi padre, y yo seré la única en saber cuáles fueron sus razones, el día que leí aquellas carta volvíí a sentir que mi mundo se venía abajo, pues el contenido de estoá era más doloroso incluso más que su propia muerte; hay me di supe del por qué mi padre me pedía perdón y también me di cuenta de que mi vida siempre fue una farsa y lo peor de todo que fui criada por un asesino.....




 Autora: Lucero Ceballos

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